
Otoño, depresión y productividad
← BlogLos días cálidos del verano han dejado paso a los primeros fríos del otoño. La lluvia y, en muchos casos, un estado de nostalgia, depresión y melancolía que suele afectar a nuestra productividad en el trabajo. Bienvenidos al otoño. Está demostrado que durante esta estación, las personas son propensas a sentirse más tristes y vulnerables: los días lluviosos, la reducción de las horas de luz y la bajada de las temperaturas afectan a nuestro estado de ánimo y, por supuesto, a nuestras ganas de trabajar, el rendimiento laboral y nuestra actitud ante los posibles problemas que se puedan presentar. La reducción de los niveles de serotonina causa problemas para conciliar el sueño y concentrarse, el aumento del mal humor y nos altera el apetito. Eso se traduce en conflictos en la oficina y la reducción de nuestra productividad. A continuación te damos cuatro consejos para subir el ánimo y continuar trabajando de manera eficaz y productiva. ¡Que el otoño no afecte a nuestro rendimiento!
- Las metas. Haz una lista de metas laborales que quieres conseguir de cara a este curso. Prioriza y piensa cuáles son las más importantes para ti y para la empresa. Cuando la tengas hecha, ponla en un sitio visible, para poder verla cada día. Es como una lista de resoluciones de año nuevo pero aplicada al trabajo. Por ejemplo: aumentar en un 20% mi cartera de clientes, conseguir doblar el margen de beneficios. Piensa en lo que te gustaría conseguir antes de las próximas vacaciones de navidad o verano, luego ya trabajarás para conseguirlo.
- Se positivo. Posiblemente, tengas caras nuevas a alrededor. El otoño es una temporada clave para la contratación de personal, así que no te asustes si un día llegas a la oficina y ves dos o tres caras nuevas. Muéstrate amable con los nuevos, enséñales lo que puedas e intenta mantener una actitud positiva hacia ellos. No te asustes: nadie te va a quitar el trabajo. Es normal que la presencia de nuevos trabajadores alborote un poco el lugar de trabajo, que siempre sea un alboroto positivo. Intenta que se sientan cómodos y gánate su confianza. Acuérdate de tus primeras semanas de trabajo e intenta ponerte en su piel. Paciencia.
- Apúntate a nuevas actividades. No esperes a enero. El otoño es el momento ideal para apuntarse a yoga, pintura, baile, spinning o inglés. Lo que quieras y lo que más te apetezca. Realizar actividades fuera del trabajo es muy importante para sentirse activo. Si sólo vas de casa a la oficina y viceversa, acabarás frustrado y pensarás que tan sólo trabajas. Busca algo que te guste de verdad y te sentirás mejor contigo mismo. Piensa que, después de un largo y duro día de trabajo, es fundamental desconectar: yendo al gimnasio, a unas clases de poesía medieval o dándote un chapuzón en la piscina. Esta desconexión hará que seas mucho más productivo, ya que afrontarás cada nuevo día con energía positiva.
- Erradica los malos hábitos, tanto en el trabajo como en casa. Si sabes que algo te va mal o no te funciona, por ejemplo, ir a dormir más tarde de las once de la noche, no lo hagas. Si sabes que el café antes de una reunión te pone nervioso, es el momento de dejarlo. Identifica, en una lista, todos aquellos hábitos que resultan negativos para tu productividad y erradícalos.
Como ves, el otoño puede ser una época maravillosa para ponerse las pilas y cambiar aquellas actitudes que nos perjudican en nuestro día a día. Renueva tu vestuario, cambia la decoración de la oficina, córtate el pelo, porque el inicio de un nuevo curso laboral es una estupenda oportunidad para empezar de nuevo, tanto personal como profesionalmente.