
Las 8 claves para el éxito de tu proyecto
← BlogTerminar o entregar un proyecto no significa que este sea exitoso. Un proyecto, como ya se sabe, cuenta con muchas fases, todas ellas igual de críticas y complicadas. Iniciar un proyecto desde cero no es una tarea fácil. Comenzar a planear algo te llevará dedicación, tiempo, organización y paciencia. El desarrollo tampoco será un camino de rosas. Durante el trabajo surgirán problemas con los compañeros y se cometerán errores. Darle el toque final y entregarlo a tiempo y de acuerdo a lo pactado con el jefe o el cliente comportará estrés y momentos de agobio y de tensión en la oficina. No obstante, la vida no suele ser tan complicada, y no hay nada que sea para siempre. No te estreses y sigue estos consejos. Verás cómo tu proyecto llega a buen puerto.
- Por dónde empezar. Revisa este post sobre cómo iniciar un nuevo proyecto. A menudo, es una de las fases más complicadas del proyecto. El momento de decidir qué hacer y cómo hacerlo se suele eternizar, lo que lleva a las primeras tensiones entre el equipo de trabajo.
- Reparte las tareas. Es fundamental que desde el principio quede claro qué tiene que hacer cada miembro del equipo o cada persona implicada en el proyecto. También es importante que estas tareas queden por escrito, para que nadie se despiste y para que todos sepan qué deben hacer y cuándo lo deben hacer. Para esto, puedes usar Wudatime o una hoja de cálculo donde se especifiquen las tareas, la fecha de entre y quién se encara, por ejemplo.
- Planifica. Divide el proyecto en fases, deifnidas a partir de pequeños objetivos. Deja claro que hay que hacer en cada fase y cómo hay que hacerlo. Si eres un trabajador más, pregunta exactamente qué se espera de ti y para cuando, que no te quede ninguna duda. Si lideras el equipo, planifica también un calendario de reuniones. Estos encuentros de seguimiento son muy importantes para saber cómo está evolucionando el proyecto, qué errores se están cometiendo o por dónde hay que continuar. Si sólo convocas a tu equipo al principio y al final del proyecto, posiblemente fracases. Estos encuentros servirán para detectar posibles errores o dinámicas que no funcionen. Y hasta el mejor de los equipos comete fallos.
- Sé claro con los objetivos. Deja claro hasta dónde hay que llegar o qué dirección hay que seguir. Piensa que si estás liderando un proyecto, es porque alguien te cree capaz de hacerlo. Y en eso consiste: en guiar a los demás compañeros hacia el éxito.
- ¡Comunica! Sé conciso y claro en tus explicaciones. Si algo no te parece bien, dilo sin temores pero con mucha educación y tacto. Dejarlo para el final sólo te traerá problemas y agobios. Ya se comentado en otros artículos que la comunicación es la base de todas las relaciones, incluso las laborales. Cualquier problema que se produzca, hay que hablarlo. Porque sólo hablando se entiende la gente y porque sólo hablando (y trabajando duro) resultan exitosos los proyectos.
- Revisa al final de cada fase. Cuando se cierra una fase del proyecto, hay que revisarla. No hacerlo puede traer problemas y tener que repetir el trabajo al final de todo, cuando el tiempo nos toca los talones, no le gustará a nadie. Que el equipo se tome su tiempo para poner las cosas en común al final de cada etapa. A veces pueden surgir imprevistos y todo el equipo debe estar al corriente de la evolución del proyecto y de sus dificultades.
- La importancia del refuerzo positivo. Tanto si eres de los que lidera el equipo como si eres un trabajador más, utiliza el refuerzo positivo para animar e inyectar energía a tus compañeros. Sobre todo al final, el cansancio y el agotamiento desaniman a cualquiera. Tener una buena actitud hasta la última fase del proyecto es fundamental.
- ¡Créetelo! Realizar un proyecto sin que nadie crea en él, es un fracaso desde el principio. Los trabajadores deben estar convencidos y con ganas de hacerlo. Si nadie cree en el proyecto, no saldrá adelante. Este quizá sea uno de los consejos más importantes.
Como ves, el éxito de tu proyecto depende de un sinfín de factores: de la motivación de tu equipo, de la comunicación entre trabajadores, de la buena organización, de la definición de unos objetivos y metas, etc. Poner en consonancia todas estas variables no es una tarea fácil, pero con las ganas, la experiencia y la ayuda de todos, no resultará tan complicado.