
7 consejos para ponerse al día después de las vacaciones
← BlogLa playa, la montaña, Florencia, la estatua de la libertad o las Pirámides de Egipto quedan ya lejos. A miles de kilómetros. Se terminaron las noches estrelladas de verbenas veraniegas con los amigos, los madrugones para hacer caminatas por senderos increíbles, los baños con la familia en la piscina de los abuelos y las siestas de más de diez minutos. Adiós, vacaciones. Es hora de ponerse las pilas y volver al trabajo.
Llegas a primera hora, son las siete, las ocho, las nueve. Saludas a todo el equipo de trabajo y te sientas delante de tu mesa de trabajo. Enciendes la pantalla y llega el horror: cientos de emails se acumulan en tu bandeja de entrada. Activas el móvil del trabajo y se te acelera el corazón: decenas de llamadas y mensajes de aquellos clientes que no han hecho vacaciones. Bienvenido a la vuelta al trabajo. Respira hondo y empieza a trabajar. Volver a la oficina después de las vacaciones no es una tarea fácil, así que tómatelo con calma y sigue esta serie de consejos que te damos:
- Pregunta a tu jefe o superior. Es los primero que debes hacer. Pregúntale si hay algún asunto de especial relevancia o si debes hacer algo en primer lugar o de manera urgente. Quizás ellos hayan vuelto al trabajo antes que tú, o hayan estado revisando el correo electrónico. También puedes preguntar a tus compañeros cómo han ido esas semanas en tu ausencia y si debes estar enterado de algo. No te sientes de inmediato en tu escritorio. Habla con los demás y ellos te dirán. Siempre funciona.
- Revisa por encima tus emails y notificaciones. Seguro que a primera vista puedes identificar tres o cuatro asuntos importantes. Márcalos y léelos uno por uno, con detenimiento. Anota los puntos más importantes o usa Wudatime para crear listas de tareas organizadas por proyectos.
- Organiza tu primer día de trabajo. Esto es muy importante para no agobiarse y quedarse trabajando hasta las tres de la madrugada. Una vez leídos los emails más relevantes, clasifícalos en urgentes, importantes o poco importantes.
- Primero, lo urgente. Una vez que sepas por dónde empezar, haz una lista de tareas. Sencilla y poco ambiciosa. Recuerda que en el trabajo, como con todo, hay que ir paso a paso. Identifica lo que es urgente de verdad y ponte a ello. Fíjate en las fechas de los emails y en quién te los envía. Tú ya conoces a tus clientes, así que podrás intuir quién debe ir primero y quién puede esperar un par de días.
- Pero con mucha calma. Es el primer día de trabajo. Nadie espera que hagas en cuatro horas lo que no has hecho en una semana, quince días o un mes. Si quieres abarcarlo todo te agotarás y te quemarás ya el primer día. Esto es fundamental.
- Pon un margen de tiempo para ponerte al día. Por ejemplo, una semana. Si te queda tiempo el primer día, organízate toda la semana, márcate unos tiempos e intenta ajustarte a ellos. Una semana debería ser suficiente para resolver todos los asuntos que se han quedado colgados durante tu ausencia. Una vez más, comunícate con tus compañeros. Ellos te informarán mejor que nadie sobre qué ha pasado mientras tu estabas en el Machu Pichu o en la medina de Marrakech.
- Avisa a tus clientes. No a todos, pero hazles saber a aquellos más importantes que ya estás de vuelta y que no se preocupen. No recibir respuesta pone muy nerviosa a la mayoría de la gente. Un email de una línea bastará. Diles que has vuelto, que ya te has puesto a trabajar en su tema y que en un par o tres de días recibirán una respuesta. Esto les tranquilizará. Y a ti también.
Sobre todo, no quieras abarcar demasiado durante los primeros días de trabajo. Piensa que hay compañeros que han estado trabajando por ti y que realmente nadie es verdaderamente imprescindible. Ponte las pilas, entra con energía, organízate bien, prioriza y en una semana estarás a punto para empezar de nuevo. Eso sí, olvídate de las nostalgias vacacionales y de esas aguas cristalinas de Formentera. Es hora de volver a la vida real.