
Delegar o no delegar, esa es la cuestión
← BlogSi estás a cargo de un equipo y te sobrepasa la faena, deberás aprender a delegar. Busca una mano derecha, alguien de confianza que te ayude en las tareas más básicas de tu trabajo. Aprender a delegar no es fácil, pero si aprendes a hacerlo, serás más productivo. También te podrás relajar en el trabajo y estarás formando a alguien para que pueda ascender en la empresa. Como ves, son todo ventajas. O casi.
Aquí tienes 7 trucos para saber delegar en esa persona que siempre te saca de apuros:
- Escoge bien a tu mano derecha. Busca a esa persona con la actitud y las aptitudes necesarias para liderar el equipo cuando tu no estés. No tiene porque ser la persona con más experiencia o la más trabajadora. Encuentra el equilibrio. Una persona humilde, que conozca cómo trabajas y que sepa cómo te gustan las cosas. No te guies por afinidades personales. Podrías crear confusión en el equipo. Tómate tu tiempo para conocer a fondo a esa persona en la que depositarás tu confianza.
- Sé claro con las tareas que delegas. Tu mano derecha debe saber qué puede hacer y qué no. Limita su poder sobre el resto del equipo, ya que se podrían crear tensiones innecesarias.
- Comunica al resto de equipo quién es tu mano derecha. Es importante que el resto sepa en quién delegas. Si no lo saben, se creará confusión y conflicto en el grupo. Presenta a tu mano derecha como alguien que te ayuda. Los demás lo agradecerán. Es importante que el resto del grupo no se sienta controlado por esa persona.
- Delegar no significa dejar de hacer. Delega cuando te veas sobrepasado de trabajo. No pretendas que tu mano derecha haga esas faenas que odias o no te apetece realizar. Si se da cuenta de que le das las tareas más engorrosas, se enfadará. Y con razón. Delegar significa que te ayuden, no que te lo hagan. Ten especial cuidado con eso.
- Tu mano derecha no es un segundo jefe. Hazle saber que eres tú el que gestiona los conflictos dentro del equipo y quién toma las decisiones. No dejes que tome decisiones sobre otros compañeros. Si no dejas claro este punto, tendrás problemas. El resto del equipo no debería recibir órdenes de tu mano derecha.
- Cuándo delegar. Debes saber cuándo es el momento de delegar y cuándo es el momento de coger las riendas del trabajo. Si delegas una tarea demasiado compleja, la mano derecha podría sentirse abrumada y no estar a la altura. Eso podría mermar su confianza. Empieza delegando tareas simples, fáciles de ejecutar y que no requieran demasiada responsabilidad. Delega tareas con más responsabilidad cuando esa persona te haya demostrado que es capaz de responder positivamente.
- Ve cambiando de mano derecha. ¿Por qué no? Si vas asignando diferentes responsabilidades a los distintos miembros de tu equipo, se te aliviará la carga de trabajo. Además, el equipo se dará cuenta de que confías en ellos y eso aumentará su productividad. Sentirán que tienen un rol importante dentro del grupo. Aprovecha las cualidades de cada miembro de tu equipo para mejorar la cohesión, hacerlos crecer en la empresa y descargarte de trabajo. Y sé justo con las tareas asignadas: que todos trabajen lo mismo.
Como ves, aprender a delegar requiere más de un minuto de reflexión. Si eres un buen líder y sabes llevar a tu equipo y a tu mano derecha, eso no debería suponer ningún problema. Sin embargo, si no lo haces correctamente, verás cómo tu equipo se va destruyendo poco a poco. Crear tensiones y generar conflicto es más fácil de lo que todos pensamos, aunque esa no sea nuestra intención. Sé justo en tus decisiones y verás como todo va bien.